miércoles, 5 de octubre de 2011

¿Será considerado en el futuro las cuentas de las redes sociales como un bien patrimonial?

Esa es la pregunta que me hago al ser testigo, como todos vosotros, del boom que estamos viviendo de las redes sociales. Hace unos cuatro o cinco años, cuando empezó a popularizarse Facebook en España, empezamos a incorporarnos a esta red social, casi por inercia. Algún conocido nos recomendaba que lo hiciésemos y, sin saber muy bien para qué servía lo hacíamos. Hasta nos resultaba, entonces un poco complicado desenvolvernos con sus aplicaciones. Poco a poco empieza a familiarizarse uno con este medio de comunicación. Empezamos a "agregar" amigos, normalmente a quien nos había recomendado que nos hiciésemos la cuenta.  Lo que más me sorprendía era encontrar como "gente que quizá conozcas" a compañeros de clase que estaba sin saber nada de ellos más de 15 años.

En ese momento no nos podíamos imaginar lo que iba a evolucionar el tema de la social media. De pasar utilizarlo porque era la novedad en aquel momento y para indagar en las vida de los demás, se ha pasado o se está empezando a utilizar como herramienta de marketing on line y de comunicación para las empresas (grandes o pequeñas), organismos gubernamentales (ayuntamientos, ministerios, colegios profesionales, etc.).

Voy a centrarme en este articulo sólo en las empresas y en los profesionales que utilicen su persona como marca. Tanto en un caso como en otro, la persona o grupo de personas trabajan día a día para darle valor a su negocio en las redes sociales de la siguiente forma:

1. Observando en cada momento lo que hacen las empresas y/o profesionales del mismo sector para aplicar lo mismo en su negocio.
2. Estando presentes en estos medios de manera activa: intercambiando información, relacionándose de forma directa (participando en las conversaciones o compartiendo contenido). De esta forma, aumentan las posibilidades de llegar a clientes, reales o potenciales, para realizar intentar vender los productos o servicios de cada negocio.
3. Intentando ser un referente del sector de que se trate.
4. Construyendo una comunidad. Crear nuevos lazos, permitirá que los miembros de nuestra comunidad profundicen en su relaciones y realicen un diálogo más hondo, para incrementar la confianza de los demás a nuestra empresa o negocio.
5. Redactar la historia de nuestra profesión o empresa, para que brote un sentimiento de cercanía, lo que facilitará que las personas se muestren más cercanas a nuestro proyecto.
6. Colaborar con clientes o con otras personas, intercambiando opiniones para ser cada vez mejores en lo que hacemos.
7. Hacer estudios sobre el interés que las personas pueden tener en un determinado producto o servicio, como me ha comentado esta misma tarde mi amigo Roberto Ruiz.

Ahora quizá sea pronto para hablar de ello, pero vuelvo a plantear la misma pregunta ¿puede constituir en un futuro la presencia en los social media de las empresas y profesionales un bien cuantificable económicamente, que se pueda transmitir de una empresa a otra o de un negocio a otro? ¿Puede en un futuro un usuario de Twitter o de Facebook, por ejemplo, vender su cuenta, donarla, transmitirla de manera testamentaria, etc.?

Mi respuesta a esta cuestión es afirmativa. Lo que no soy capaz de imaginar es la manera en que se podría cuantificar de forma dineraria este bien, si esto se hiciese realidad. Quizá, para ello habrá tasadores o peritos que, mediante el estudio de las circunstancias de cada usuario, como pueden ser el número de amigos, fans o seguidores o el balance de cuentas de la sociedad desde que está presente en estos medios de comunicación, o también por el prestigio que se tenga.

José Manuel Ferrández Pina
Abogado

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